lunes, 9 de julio de 2012

Te quiero.

Te quiero, ¿lo entiendes? Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero. Puedo repetirlo hasta que mis labios se sequen y las palabras dejen de tener sentido. Podría escribírtelo en alemán o en chino, con letras rojas, al revés, o con tinta invisible. Podría tatuármelo en la frente, para que lo vieras cada vez que me miraras. Podría hacer que un avión lo escribiese en el cielo, como en las películas, o que apareciese en el marcador , en medio de un partido. Pero no me gustan los aviones ni los partidos, ni sé hablar chino o alemán, me dan miedo las agujas y nunca encontré tinta invisible. Sólo me queda decírtelo.